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Con 58 años cumplidos, pero maestro en el “saber envejecer”, el irlandés Pierce Brosnan, divide sus tiempos de trabajo entre prestigiosas producciones de riesgo y el cine comercial que le permita mantener su estatus de estrella como la comedia “Tentación en Manhattan”. En ella comparte cartel con Sarah Jessica Parker, e interpreta a un seductor ejecutivo que pone en peligro el matrimonio de la gestora financiera a la que da vida la imcombustible actriz.
Apodado “ El Queso” en el instituto, por razones obvias, su físico fue decisivo para que consiguiera protagonizar la serie detectivesca “Remington Steele”, gracias a la que se ganó su puesto en la historia de la televisión. En la del cine, debido a otro icono al que prestó su innata elegancia. Fue un Bond de primera que dejó al público con buen sabor de boca. Entre ambos personajes, soportó ese incómodo peregrinaje que acompaña a quienes aspiran a dar el salto de un medio a otro. Sufrió además, la muerte de su primera esposa, la actriz Cassandra Harris, madre de sus 3 primeros hijos, lo que le provocó problemas con el alcohol. Desde que devolvió la licencia para matar, se ha convertido en todo un “imprescindible” que igual alegra el reparto de un musical como “Mamma Mía”, con su otoñal apostura, como presta gesto de suficiencia a todo un primer ministro británico en “El escritor” de Polanski, por citar dos recientes ejemplos.Hace tiempo que se volvió a casar con una belleza muy alejada de los cánones de Hollywood, llamada Kelly, que le ha hecho papá dos veces más, mientras sus hijos mayores le han convertido ya en abuelo.
Apodado “ El Queso” en el instituto, por razones obvias, su físico fue decisivo para que consiguiera protagonizar la serie detectivesca “Remington Steele”, gracias a la que se ganó su puesto en la historia de la televisión. En la del cine, debido a otro icono al que prestó su innata elegancia. Fue un Bond de primera que dejó al público con buen sabor de boca. Entre ambos personajes, soportó ese incómodo peregrinaje que acompaña a quienes aspiran a dar el salto de un medio a otro. Sufrió además, la muerte de su primera esposa, la actriz Cassandra Harris, madre de sus 3 primeros hijos, lo que le provocó problemas con el alcohol. Desde que devolvió la licencia para matar, se ha convertido en todo un “imprescindible” que igual alegra el reparto de un musical como “Mamma Mía”, con su otoñal apostura, como presta gesto de suficiencia a todo un primer ministro británico en “El escritor” de Polanski, por citar dos recientes ejemplos.Hace tiempo que se volvió a casar con una belleza muy alejada de los cánones de Hollywood, llamada Kelly, que le ha hecho papá dos veces más, mientras sus hijos mayores le han convertido ya en abuelo.
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